jueves, 23 de octubre de 2014

REAL, LA NADA

La noche se hizo para dormir
porque dormir es no pensar
aunque, a veces, no pensar es soñar
y no todos los sueños son masticables.
Cada vez que te sueño
no logro que me vuelvas a querer aún soñando,
me pierdo en un laberinto 
y se me hace imposible alcanzarte.
Sólo logro volver a tocar tus labios
cuando cierro los ojos y recuerdo y deseo y extraño.
Es la primera vez que querer me hace sentir una idiota
porque es la primera vez que aprendí a querer entendiendo creer,
confiando con una venda en los ojos sin conocer
sintiendo quizás que esta vez era cierto que podía llegar a ser.
Jamás hemos de racionalizar el amor, jamás.
Cuesta pensar que, cuando hay mucho que decir,
mejor no decir nada y dejar/soltar.
Pero el deseo carnal que vuelve y retrocede y avanza y quiere y teme.
Comprender que no todo es como uno lo espera,
que el tiempo no existe, es solo una manera de decir adiós sin decirlo.
Callar. 
Estamos en silencio.
He creado un silencio extraño que no para de nombrarte sin que lo escuches.
Querer, partir, volver.
El mundo gira y no se detiene,
todo cambia de color y se hace insoportable.
Hoy espié tus palabras solo para saber que estás bien,
porque siempre necesito que estés bien.
Me salgo de mi, 
me abrazo a tu ser,
te consuelo en las noches donde no sabes que hacer,
me vuelvo invisible.
Me volví tan invisible,
tanto que te olvidaste que existimos,
sin embargo, sabes que estoy en un rincón,
estoy ahí entre tus cosas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario