martes, 6 de noviembre de 2012

Calor

El piso transpira pasión de multitudes que caminan hacía todos los lados y hacía ningún lado a la vez. El piso siente los pies de los caminantes errantes sin mundo, sin rumbo. Las paredes oyeron pelear a mil parejas hoy y han sido co-protagonistas de novelas absurdas sin sentidos que se gestaron desde los rincones más oscuros donde nadie puede verlos. Ellos son miles de personas que andan por ahí golpeados, asustados, ardientes de deseos. Gente sin cerebro que transpira y larga sus hormonas por el resto de la ciudad.

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