martes, 5 de febrero de 2013

La muerte

La escuche venir
presentía su presencia
estaba tan cerca que creí me rozaba la espalda.
Mire una vez y no logre verla
seguí como si nada hasta que otra vez
me perturbaba y no podía encontrarla,
hasta que, finalmente, la vi.
Estaba tranquila,
caminaba como si nada pasara
como si nadie estaría a su alrededor
y salí corriendo.
Volví, me acerqué y la envenene
salió corriendo,
la perseguí,
se impuso ante mi como queriendo retarme a pelear
la insulté, le grité y volví a envenenarla.
Desapareció hasta que no pude verla,
volví a buscarla
quería asegurarme que había muerto
no podía concebir que eso no ocurriera.
Mire para todos lados hasta que pude divisarla
en el piso tirada dando sus últimos respiros
parecía pedir auxilio pero no quise ayudarla
al cabo de un rato se quedó quieta para siempre
esa cucaracha no volvería a asustarme
con sus patas sucias y sus horribles antenas
que se mueven después de muerta.
Finalmente, tenía razón la canción
la cucaracha no podía caminar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario